Andaba yo un poco ñoña y me enganché en esa temporada a una serie de la Fox, una madre, que tuvo a su hija cuando era muy joven vive con esta en un pueblo de la america profunda, al lado de la Gran Manzana y parece que no vean ni tv, y disfrutan de una sana vida en la que entran y salen personajes más o menos importantes, mejor o peor dibujados pero ella siempre siguen creciendo, a lo largo de seite temporadas (hablo a falta de ver la última, ays) esta madre e hija van pasando por diversas situaciones esencialmente románticas pues esto es una comedia romántica muy dulce y entrañable, no apta para los que odien los pasteles. Pero que una tiene su corazoncito y he de reconocer que esos monólogos del absurdo que tiene Lorelai antes de su primer dosis de café son realmente divertidos, he de decir que las frases cien por cien Gilmore son de lo más graciosas y que en el fondo ver que todo puede salir bien tampoco debe ser tan malo, vamos insufla un poquito de optimismo y de vez en cuando no va mal.
Ellas tienen chispa, son muy buenas amigas y se cuentan todo, son cómplices y no hace falta que se digan las cosas, consiguen que todo el pueblo las adore y qué se interese por ella como ya lo estamos nosotros.
Uno de los momentos más memorables de la serie es la típica cena de los viernes noche en casa de los abuelos Gilmore, Emily, la intransigente madre de Lorelai y su mayor trauma, y Richard que parece que ni pincha ni corta y nos sorprenderá en muchas ocasiones, con decisiones drásticas y cuestionables. Cenas en las que Lorelai puede fingir un dolor de tripa para huir de lo que sus padres le hacen decir y porque es un ambiente del que siempre ha huido pero la necesidad de pagarle el colegio de Rory la ha puesto en la tesitura de que lo hagan los abuelos a cambio de una eterna cena cada viernes. Sin desperdicio los cocteles anteriores y algunas escenasa de las cenas, las criadas deberian cobrar más.
Lorelai está en la treintena y buca estabilidad pero cuando un profe de Rory se la ofrece, max le pide en matrimonio y una extraña forma de actuar la hace llevar al caos esa relación y lo planta, creandole otro de sus múltiples traumas, ahora teme tener pánico al matrimonio. Otros serán los hombres que llenen este vacio pero uno será el que casi siempre esté ahí, pues Rory tiene un padre y este es Christopher, que pidió a Lorelai a los 16 que se casará con él pero ella en un arranque de madurez no vio futuro a aquello y no quiso. Pero él parecerá a lo largo de todas las temporadas, para bien o para mal... pero cada vez se va haciendo más adorable.
Otro hombre que es eterno en las (hay que decir que copiosas y llamativas) comidas de las chicas, porque su restaurante favorito es Luke's y el dueño es un tipo solitario que todas vemos que anda loco por los huesos de Lorelai pero es tan zopenco que lo tiene crudo, aún no sé bien porqué acaban juntos y cómo duran... un duda que me asalta, con lo que me pone como hombre pero lo soso que llega a ser nuestro Luke Danes. La segunda linea narrativa que aparece para darle un poco más de protagonismo es un poco patética, la única vía de oir hablar al verdadero Luke es cuando está con Jess, su sobrino y uno de los amantes más impáctantes de Rory, la tierna adolescente que crece y se nos convierte en periodista. Es más es tan competente que llega a Redactora Jefe del periódico de Yale, además de enamorar a un bala perdida hijo de un magnate de la prensa nacional, un portento la chiquilla (además de conseguir pasar una noche en calabozo).
vamos un dramón muy cómico, con esos secuandarios que nos regalan momentos muy freaks, muy divertidos, amables... una serie que sin salirse de la norma nos muestra un poquito la parte amable de la vida, que vamos tanto perdido (a la que estoy enganchadisima pero solo he visto 1 temporada), tantos héroes y sin efectos especiales tenemos el concierto de dos corazones que tienen inquietudes, deseos, sueños... de dos chicas en dos momentos muy diferentes de sus vidas, una comedia rosa, con gancho por los buenos y veloces diálogos y una serie que logra lo que se propone y no es tramposa.
Con la foto me he querido regalar un momentazo, ya que las fotos de ambas chicas con demasiado de pose y estudio, buscando me he encontrado con mi Milo Ventimiglia, el chico malote de la serie que rompe el corazón a Rory y que acaba aflorando a un bohemio escritor que esperamos que vuelva de vez en cuando por Stars Hollow, aunque ella se haga la dura y afirme querer a Logan... tiempo al tiempo, por mi este seria su amor perfecto. Y lo de Lorelai pues me tiene de lo más pérdida porque la última escena de la sexta es muy confusa, aunque me llena de esperanza. vamos que os invito a que si sois fanes os solteis y lo confeseis, a la que van a linchar es a mi y si no os ha atraido nunca pues le echeis un vistazo porque puede que os veais reindo con un chispeante comentario de Lorelai o que se os enternezca el corazón con tan cursis momentos... qué se le va a hacer, en el fondo soy una romántica.
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