Ya os he comentado que me he enamorado de mi nueva heroína, bueno tal vez sea la primera porqué ningún personaje de ficción anterior me habia cogido así por dentro y habia cometido semejante secuestro, me tiene encerrada a cal y canto frente al ordenador, rompiéndome el coco y debatiéndome en qué tengo que escribir y qué ocultar, me cuenta su vida sin contemplaciones, comparte conmigo sus sentimientos, sensaciones y miedos y me hace presa de ellos.
Vive a través de mi y mis dedos se convierten en los suyos y hacen que escriba cosas que no sé como he imaginado o si realmente es ella la que se mete en mi y me utiliza, ¿seré un instrumento? Anoche me alegraba de jugar a ser Dios y hoy reflexiono sobre si es en realidad todo lo contrario y estos personajes que habitan en nuestra cabeza sean personas que realmente han existido y usen nuestra mente como cobijo hasta que nuestra voz les dé permiso para salir y así consiguen redimirse y hacer que sus vidas, allá donde estén, tomen su cauce y puedan así descansar... curioso pensamiento (me estaré volviendo loca de remate?)
Metiéndome en esa realidad todo cobra sentido, es más fácil ser poseido por otro ser que se cuenta a través de ti que crearlo, inventarlo supone conocer muy bien a esa otra persona, verla, oirla, creer en ella... en realidad la labor del escritor es una locura, es apasionante, dar la vida y a su vez, cuando lo desee, poder quitarla. Pero la idea de ser un simple instrumento me seduce pues mis palabras estarian llenas de verdad, aunque ¿puede acabar siendo real un personaje imaginario? Creo en la posibilidad de un día encontrarme en la calle con ella, cogida del brazo de un hombre seductor y tal y como yo habia imaginado a su lado, seria una perfecta maravilla poder conocer posteriormente a los protagonistas de nuestras divagaciones de locos, porqué en el fondo no somos más que eso... locos que sueñan despiertos y escriben esos mundos a los que viajan, describen a las personas que conocen y muestran cómo llegar por el camino más corto a esos mismos sitios ficticios de su mente.
No me considero escritora pues aún no he publicado nada y creo que eso debe ser el límite del que es y del que quiere ser, porqué quererlo lo queremos muchos y lo anhelamos pero conseguirlo lo hacen más bien los seleccionados (no me quiero meter en el método de selección) y publicados. hasta que no se alcanza ese día se puede decir que escribimos y nos dejamos los dedos en las teclas pero no podemos considerarnos como escritores, sólo un intento de ello. Aunque bien es cierto que muchos de los grandes autores del s.XX no obtuvieron reconociemiento en vida y sólo tras su muerte (casi siempre temprana) era lo que les reportaba la fama. No quiero morirme para ser publicada, paso del tema...
Siguiendo con ella, me tiene de lo más desquiciada, me hace repetir sus movientos y me descubro imitando su forma de fumar, posee ya el don de la realidad, no diré que la veo aquí junto a mi porque me mandariais al psiquiátrico pero la presiento, como dijo Fermín, la intuyo muy bien y puede que su larga vida dentro de mi haya hecho que yo misma entienda a la perfección el porqué de sus actos, el porqué de su vida...
Además ahora me encuentro metida en el segundo acto, lo más difícil de su historia... está atravesando una etapa difícil y como os decia convivir con ella me hace sentir empatia y me transmite todo lo que siente y es muy duro... Además he visualizado (bueno ya hace tiempo) como me gustaria que fuese ella y se parece mucho a la foto que he colgado...
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