
Ayer a mediodía regresé airada de una reunión de trabajo, me senté frente al portátil e incluso olvidé comer, me puse a escribir cual alma que lleva el diablo. Me sorprendí a mi misma pues la luz del sol entraba potente por mi ventana y sentía esa imperiosa necesidad de sacar palabras de donde antes había ausencia, hacía unos días que estaba seca, no lograba decir nada pero ahora me ha vuelto el entusiasmo y las fuerzas, yo sé de donde las saco...
La historia que me está saliendo no se parece a nada que haya imaginado antes, se sale de la norma de mis típicas historias de sentimientos, exentas de emoción visual sino no se está atento a los detalles y a las miradas, algo etéreo y volátil que pretendia tocar al espectador, pero me frené y no me dejé llevar más por lo que la misma me hacía sentir, la aparque y no pude poner una letra más en el documento. Me siento paralizada por ella pues es más fuerte que yo y para escribirla he de revivir ciertos momentos del pasado que fueron temporadas que aún habitan en el fondo de mi mente y palpitan dentro de mi corazón. Una amiga escritora me ha dado consejos y me ha estado estudiando de cerca, tiene sus propias y duras conclusiones pero todas acertadas y corregibles, a partir de sus comentarios.
Me da mucho miedo que esa paralisis sea para siempre porque de verdad esa es una historia que necesito contar aunque luego no pase de ser un montón de hojas impresas con letras que cuentan una vida a tiempo real, una historia de amor que puede que jamás llegue a tener un final.
He estado preguntándome ciertas cosas y sí, me voy a tirar a la piscina, aunque no haya agua y el porrazo sea tremendo, allá voy! Here I go! Cuando acabe con la aventura que tengo entre manos prometo ponerme con la gran historia y cuando la termine se la dejaré leer a X interesados y confidentes, sólo ellos conocerán la verdadera historia porque después se meterá en uno de los cajones de mi escritorio y allí se quedará acumulando polvo.
La vida del que tiene inquitidudes no es mejor ni peor, creo que es simplemente diferentes, pasamos mucho tiempo cuestionándonos nuestra existencia, buscando mejorarla y siguiendo nuestros deseos y pasiones, los demás solo se dejan caer por su monótona vida, sin hacer demasiado ruido y acatando normas preestablecidas por una sociedad que se convierte en una voragine de consumismo, mediatización y globalización... los que nos movemos por nuestros sueños estamos en contacto con nuestro yo más interno y nos escuchamos que es muy importante, pues dejar de oir lo que el corazón de uno dice es bastante peligroso y causa un estado de apatia continúo que no permite disfrutar de lo que se vive. Prefiero darme batacazos...
En fin, decir que ahora mismo me voy a comer y a ponerme pegada frente al teclado para no levantarme hasta la noche con algo terminado en el ordenador... será una extraña historia de vidas paralelas, un cuento fantástico con un toque de naturalidad real. O ¿quien sabe en qué acabará?
No hay comentarios:
Publicar un comentario